Relativizando III

En la vida, las personas van y vienen.

Compañeros de trabajo.
Socios.
Clientes.

Algunas relaciones duran años.
Otras, solo una temporada.

Nos gusta pensar que tenemos el control.
Pero la verdad es que no controlamos casi nada.

Las ventas son un reflejo de la vida.
No puedes controlar quién te compra.
No puedes controlar cuándo te responden.
No puedes controlar si cumplen su palabra.

Pero puedes controlar cómo te preparas.
Puedes controlar tu actitud.
Puedes controlar tu enfoque.

El problema es que gastamos energía en lo que no podemos controlar.

Nos frustramos cuando alguien no compra.
Nos estresamos cuando no nos responden.
Nos agotamos persiguiendo clientes que no quieren ser perseguidos.

La solución no es querer controlarlo todo.
La solución es controlar lo que realmente importa.

Tu preparación.
Tu enfoque en aportar valor.
Tu persistencia sin desesperación.

No podemos controlar los resultados.
Pero podemos controlar nuestro proceso.
Y si lo hacemos bien, los resultados llegan.

Seguro.

Y si no llegan, no te lamentes, sigue pensando que mejorar para la siguiente vez.

Para no perder el control sólo deja de intentar controlar lo que no importa.

Más fácil decirlo que hacerlo 🙂

Lo se.

Pero sin duda, un cambio de enfoque que te ayudará a mantener tu mentalidad más robusta durante más tiempo.

Por lo menos, a mi me ayuda.

Que pases un buen domingo.

PDI: La próxima vez que te sientas frustrado por una venta que no cierra, haz esto: respira hondo y pregúntate ¿esto es algo que realmente puedo controlar?
Si la respuesta es no, deja de luchar contra ello y sigue adelante.

PDII: Mañana termina el plazo para entrar en nuestro laboratorio de ventas con un descuento del 20% por si quieres aprender a “controlar” con nosotros 🙂. 

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